viernes, 21 de agosto de 2009

Cambio de hábito

¿3 actos?

I.- La intención

Durante 2 he intentado no ser el renegón que suelo ser. Es más, dejé a mi flaca en su chamba y todo bien, llegué al trabajo y todo bien, prendí mi compu y -¡opa!- primer problema. Eso sí, le encontré solución y todo bien.


Los horas pasaron sin mayores contratiempos. Claro, un ventarrón me recordó que no estoy, sino que soy resfriado, pero aún sigo vivo, así que todo bien.


También traté de seguir mis actividades laborales con la misma buena onda y emoción de un colegial saliendo de vacaciones. Tuve mis dificultades, pero aún así, todo bien.


II.- El desconcierto


Está por terminar el segundo día de este –totalmente válido- intento. Trato de ser quien espera con paciencia. Quien, a pesar del resfriado, trabaja para empujar el coche sin importar malas noches, caras largas ni dificultades varias. Pensaba que con proponérmelo bastaba para comenzar una especie de efecto dominó que terminaría por transformarlo todo a mi alrededor. De pronto no habría smog ni humedad y todo sería felicidad, por ejemplo.


Pero no.


Siempre hay un detonante a la ira racional. Por eso Hulk es Hulk y no Yoda.


Y aún trato. Les juro que trato, pero el destino se encarga de demostrarme que los ansiados días de felicidad no llegan así de fácil. Que se tienen que luchar con el mismo ahínco y desgaste con el que se cortan las malas rachas. Me recuerda que para ser feliz, primero tengo que renegar o no valoraría ese momento de felicidad como debería.


Todo bien con el florito este. Existencial y optimista. Lo acepto, los escucho y hasta podría decirse que le creo…


III.- El desenlace


El monstruo verde frente a la computadora empieza a tomar forma humana. ¿Será el inicio de un cambio permanente?


Descúbralo en el próximo acto.

viernes, 14 de agosto de 2009

Botón Rojo

¡Ahora pueden destruirlo todo gracias al Block del KDT!
Sólo apreten el botón...

No lo nieguen, se sintieron mejor.

P.D.: Si llegan a apreptar el botón, dejen un comentario.

martes, 4 de agosto de 2009

En busca de inspiración

Hoy tengo muchas ganas de escribir. Muchas… realmente muchas. Tantas, que hasta podría dibujar algo, pero claro, tener ganas es sólo el primer paso, luego hay que esperar a que la inspiración llegue.

Es cierto, podría pensar en algún tema interesante y relevante, uno de esos escabrosos o hasta tal vez, podría dejarles un mensaje a la conciencia, mismo Hermano Pablo, pero da la casualidad que ese no es mi estilo, si es que tengo uno, claro. No me gusta pensar en qué escribir. Lo que me gusta es escribir porque me nace hacerlo, porque algo en mi me dice “¡Oe, Kdt! ¡Escribe pues! ¿Qué te parece si hoy escribes de lo que te pasó en el taxi?” o cosas por el estilo.


El asunto es que, por alguna razón, no logro escuchar a esa voz que cada cierto tiempo me grita al oído para escribir.




Y la extraño.


¿Se habrá ido? ¿Acaso en su chamba también hubo promoción de vacaciones 7 x 5? ¿Será que está gritando y que yo no lo escucho? ¿Se habrá cansado de gritar?


Tal vez sólo le dio la porcina y pronto regresará, Dios mediante. (¡¡Sólo!!)


Hay que ser optimistas… dicen.


Mientras tanto trabajaré… o intentaré hacerlo. Esperaré, pero no sentado. Así me aburro y bien saben que el aburrimiento es el principal asesino de la inspiración.


“Cómo quisiera que mis dedos tipearan sin descanso, que las palabras fluyeran con ese sutil orden que regala significados profundos. Que escribieran mensajes inteligentes transformaría simples palabras en catalizadores de sentimientos o reflexiones. Hoy, sin embargo, son simples y burdos vehículos de fuga.”